Origen: La respuesta correcta
Pensar, pienso en la vida, en las casualidades, pienso en la gente, lo que son y lo que parecen ser, pienso en todas las veces que me he equivocado, que he aprendido, que he reído y también ¿porqué no? en lo que he llorado…
Pienso en mis logros, las veces que la felicidad me ha llevado a algún lugar del paraíso y en las personas que me ayudaron a llegar a él. Pienso en toda la gente que ha llegado a mi vida y definitivamente puedo decir que de ninguna manera fue por la dichosa casualidad, por que creo que todo pasa por algo y que si alguien se va de tu vida, es por que ya cumplió la función que tenía que cumplir.
También pienso en las personas que a pesar de las borrascas y de los malos momentos siguen ahí, a capa y espada, siempre dispuestos a animarte, a apoyarte y a darte lo mejor de si mismos… Y es que en las buenas está cualquiera, pero en las malas conocemos a la gente que nos rodea. Yo creo que a esas personas son las que hay que cuidar, las que en días grises te pintan sonrisas de colores, esa gente que te dice que si te falta el aire, ellos pueden prestarte del suyo. A esas personas hay que demostrarles día a día cuánto te importan, por que ellos son los que sacan la fe en ti mismo para conseguir todo aquello que te mueve el alma, los que te enseñan cada día algo nuevo, los que te sorprenden… Son aquellos que demuestran que la amistad no se rige por tiempo, ni por distancia, por que sabes que si necesitas un apoyo sólo hace falta una llamada de socorro para que estén ahí, una vez más.
Un aplauso a todos los que están ahí, a los que sonríen conmigo, a los que me enseñaron que aunque en ocasiones la vida te enseñe a palos, siempre hay que encontrar un motivo por el que ser feliz. Los que te recuerdan que para vivir hace falta vivir y no te dejan olvidarlo.
Y ahí lo tienes, entre lo que siento y lo que me insiste mi mente; no puedo entenderlo, que des todo por alguien y no sirva de nada, que te encuentres con gente que dicen cosas que no son y no son lo que dicen..
Es que me resulta complicado entender como las dos caras de una persona pueden revocar un caos emocional, supongo que no se puede hacer nada pero no es justo que unos sentimientos se pisoteen, que hagas cambiar tu vida tanto que te de miedo a saber sí has escogido la decisión correcta y que un día te des cuenta que todo lo que has sacrificado no ha servido para mucho.
Es curioso que a veces damos tanto sin esperar nada que cuando ves que alguien te hace daño sólo puedes sentirte defraudada. Lo que sí debemos tener claro es que las cosas buenas y malas que nos aportan los que un día se paran en nuestra vida, es que hay que aprender de los aciertos, pero mucho más de los errores y que después de todo, las malas rachas pasan. Sólo hay que saber esperar hasta la próxima oportunidad de ser feliz y sólo será cuando tu misma, te decidas a ir a por ello.
En la vida todo sucede por una razón, y cuando creas que no hay camino seguro, llegarán a tu vida oportunidades que no habías pensado tomar nunca… Pues bien, hay varias decisiones que nos permiten mantener un lugar u otro, cuando eliges algo estas reconociendo el valor que dispone para ti, sabiendo que no habrá más opciones, que tu mismo correrás con las cuentas y facturas del mismo, con todos los miedos que puedan llegar, incluso por aquellas palabras que no supimos como decir. Cuando en la vida nos cambia algo, sólo debemos preocuparnos en mantener nuestro presente en pie, ya que fuera del abismo se respira más fuerte….
Hay que ver lo que al ser humano le cuesta aprender sin tropezar, y constantemente nos equivocamos y desde abajo queremos rectificarlo, porque no sabemos cuanto dura la alegría hasta que nos sorprende la tristeza, no prevenimos un corazón roto hasta que no nos dejan hecho añicos el nuestro… Y es que nos cuesta a veces corregir nuestros sentimientos, sobre todo cuando estos pueden ser los causantes de un error, cuando no podemos controlar lo que sentimos y parece que somos nosotros mismos los que buscamos la manera de complicar lo que nos rodea. Siempre pensé que lo correcto era luchar por lo que uno ama y deseaba tener con todas fuerzas, pero también hay que entender que a veces no podemos conseguir lo que nos proponemos porque nosotros somos los que nos limitamos. Rompe los límites de lo que creías que no podías conseguir, para obtener lo que realmente quieres tener.